En la imagen siguiente se ilustra la eficiencia del proceso de producir electricidad renovable, convertirla en H2 para almacenarla y volverla a convertir en electricidad para consumirla cuando más nos interese. Hace mucho tiempo que mi maestro de Centrales y Redes en la Escuela de Minas nos enseñaba que teníamos dos maneras de almacenar electricidad y eran los pantanos y los parques de carbones y nos insistía en que almacenar era caro y que seríamos todo lo «verdes» que nos pudiéramos permitir pagar.
Imaginad un negocio en el que, descontada la inversión, por cada 100 € de mercaderías que compras y pagas, vendes e ingresas 19 €. Veámoslo de otro modo: entran 100 Unidades y salen 19. Si el coste de las unidades entrantes fuese 1 (uno), para «empatar el asunto», el precio de venta debería ser 100/19 = 5,26. Sumen la inversión, su amortización, sus costes financieros y el Beneficio Industrial y verán el multiplicador que el cliente final deberá soportar.
El aserto de mi maestro sigue vigente. Eso sí, serán la tecnología y la capacidad humana para el progreso quienes, con esfuerzo y tiempo, harán madurar estos procesos y mejorar su rendimiento. Necesitamos todas la energías, todas, cada cual en la faceta donde más eficiente es su uso.
Y no, por mucho que te la cuenten, no hay KWh de renovable a coste cero. Nada cuesta cero.
Artículo realizado por Víctor Alvarez Albuerne a quien agradecemos por compartir esta información. Recomendamos seguirlo por Linkedin.
