¿Por qué los rayos caen en los árboles?

Los árboles atraen a los rayos y es algo que resulta curioso, ¿no es así? Lo hemos visto en el cine, en la televisión, en los dibujos animados y aquellos que viven en las zonas más alejadas de las ciudades, quizás hasta en persona.
El cielo se oscurece, los graves sonidos guturales a lo lejos anuncian que la tormenta ya esta aquí y en un momento determinado, un rayo eléctrico desciende desde los cielos y da justo en un árbol, quitándole una parte o incluso rompiéndolo en pedazos incendiándolo. Nos puede poner la piel de gallina fácilmente, sí, pero se trata de un verdadero espectáculo de la naturaleza y comprenderlo lo hace aún más fascinante. Hoy intentaremos contestar la pregunta sobre por qué los rayos caen en los árboles.
Los rayos y su poder
Comencemos hablando sobre algunos de los aspectos básicos sobre lo que llamamos rayos. ¿Sabes qué es un rayo? Un rayo es una descarga electromagnética masiva, generada por un desequilibrio en la carga eléctrica de la atmósfera se dispara dentro de las nubes, desde una nube a otra o desde una nube a la superficie terrestre. En cualquier momento y por ejemplo ahora mismo, en el mundo entero están desarrollándose unas 2000 tormentas eléctricas y se generan unos 100 relámpagos por minuto, más de 8 millones cada día.
La descarga de un rayo tiene entre 1 y 10 mil millones de Joules de energía, produciendo entre 30.000 y 50.000 amperios de electricidad golpea en una milésima de segundo.
Los rayos en los árboles
Ahora bien ¿por qué es los rayos caen en los árboles? Bueno, no se trata de algo extraño, los arboles actuan como un Pararrayos. Esto sucede por la simple razón de que la electricidad siempre busca el camino más libre, el que oponga la menor resistencia al momento de hacer la descarga desde las nubes a la tierra.
Más allá de que en nuestro imaginario colectivo siempre tuvimos a la madera como un material muy poco conductor, los árboles poseen una compleja estructura interna, una enorme serie de pequeñísimos millones de conductos. Estos transportan diferentes sustancias sumamente importantes para el árbol, como la savia, el agua y las sales minerales. Todos estos elementos le dan una particular humedad a los árboles, al tiempo que los convierten en excelentes conductores para las descargas eléctricas de los rayos.
El árbol, en el camino de la descarga del rayo, pasa a ser un conductor mucho mejor que el mismo aire.
Especies como robles, olmos, pinos, abetos, álamos, arces y fresnos, son mucho más propensos a recibir el golpe mortal, estos árboles grandes y altos, llevan grandes cantidades de agua dentro, especialmente durante el verano.
¿Alguna vez has presenciado algo así en persona?
Fuente: vix.com