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Las comunidades aisladas podrán acceder a energía sostenible y más barata gracias a su sistema de aprovechamiento hidráulico

Emilio de la Jara. Crédito: Daniel Pavez Viera
Emilio de la Jara. Crédito: Daniel Pavez Viera

 

Emilio de la Jara, El acceso estable y asequible al suministro eléctrico es un factor clave para el desarrollo económico. Sin embargo, hay más de 1.200 millones de personas que carecen de él. Especialmente en zonas rurales, donde vive el 80% de esa población que está desconectada de la red, según datos de la Agencia Internacional de la Energía.

 

La electricidad en Chile tiene, además «una de las tarifas más altas en el mundo». Y en sus zonas rurales el sobrecoste de la transmisión puede encarecer la electricidad «hasta un 200%», explica ingeniero civil Emilio de la Jara. Para ayudar a resolver el problema de la intermitencia y el alto coste de la energía, este joven innovador chileno ha diseñado un novedoso sistema de turbinas para llevar la electricidad a estas áreas. Su propuesta le ha convertido en uno de los ganadores de los premios Innovadores menores de 35 Chile 2016, de MIT Technology Review en español.

 

De la Jara es el director ejecutivo de Capta Hydro (antes Orbital Stream Energy), empresa desde la que desarrolla y comercializa sus sistemas diseñados para aprovechar la energía cinética del agua que circula por canales artificiales, como los de riego. Sus turbinas generan electricidad a pequeña escala en zonas fuera de la red de distribución, que pueden ser utilizadas por empresas agrícolas ubicadas cerca de los canales.

 

Su primer producto es un sistema hidrocinético compuesto por un soporte para entre una y tres turbinas de medio metro de diámetro. El canal de riego donde se instalan debe tener 0,6 metros de ancho y otro tanto de profundidad como mínimo, y un caudal de 1,5 metros por segundo. Puede operar a varias profundidades y velocidades, y genera entre cinco kW y 100 kW por turbina instalada. Esta potencia es suficiente para abastecer proyectos de riego en localidades aisladas, haciendas, casas y bodegas.

 

La ventaja de su sistema estriba en su diseño, capaz de convertir parte de la energía potencial en energía cinética sin necesidad modificar el canal. Esta característica permite «aumentar muchísimo la velocidad localmente, alrededor de las palas de la turbina, lo que incrementa la cantidad de potencia extraíble», explica De la Jara. Además, un software desarrollado por él mismo optimiza el rendimiento de rotor de la turbina en diversas condiciones, lo que «maximiza la potencia de salida y evita la cavitación».

 

Tras varios ensayos con prototipos previos de sus turbinas, Capta Hydro está en trámites con la Asociación de Canalistas del Maipo y Eléctrica Puntilla, para realizar más pruebas en el canal Florida (Chile). En ellas verificarán el funcionamiento de uno de los rotores que instalarán en septiembre en el canal del municipio chileno de Negrete, explica el joven. Allí colocarán tres turbinas en paralelo para obtener una potencia de 21,5 kW. También están simulando en el laboratorio las condiciones que tendrán sobre el terreno los equipos de medición de potencia de su tecnología.

 

La inversión para el sistema puede amortizarse en solo tres años en los canales de riego más comunes, revestidos hormigón y con corrientes de unos 1,5 metros por segundo, asegura su creador. El joven afirma que «generar 50 kW en lugares aislados supone mucha cantidad de energía y mucho más barata que generarla con solar o con diésel».

 

En virtud de la Ley de Generación Distribuida, vigente en Chile desde 2014, un cliente que disponga de sistemas de generación domésticos  (hasta 100 kW) basados en renovables puede inyectar sus excedentes de electricidad en la red. El modelo de Capta Hydro aprovecha esta posibilidad. En una primera fase, pretende que las asociaciones de canalistas y pequeños agricultores compren la energía generada de manera local, sin necesidad de invertir en las turbinas. De la Jara detalla su oferta: «Mes a mes cobramos un arriendo y vendemos el exceso de energía a la red eléctrica y al agricultor, que la compra más barata de lo que la está pagando ahora».

 

Procesos como el riego, de elevado consumo eléctrico, pueden representar hasta el 60% de los costes del sector agrícola en Chile, recuerda De la Jara. Y mientras que en la localidad de Santiago el consumidor paga en invierno unos 0,17 euros por kWh, en Negrete el costo se duplica (0,33 euros por KWh). Soluciones como la suya incrementarían la competitividad de todo el sector, incluso en las zonas más aisladas.

 

Para Brian Bergstein, subdirector de MIT Technology Review y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Chile 2016 de MIT Technology Review en español, este joven ingeniero civil y máster en Ciencias de la Ingeniería por la Pontificia Universidad Católica (Chile) destaca por su «ingenio e inteligencia» y pese a que el proyecto que está impulsando «“nunca va a ser grande, sí es innovador».

 
Fuente: technologyreview.es

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