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La estrategia de Ford pasa por decir adiós al Focus. El SUV eléctrico parece darle la razón

El mercado del automóvil ha dado un vuelco por completo y es ahora cuando empezamos a comprobar las consecuencias de todos los cambios que se han ido produciendo a fuego lento. Una de las firmas que más está cambiando es Ford. Hace unas semanas supimos que el Ford Fiesta será discontinuado. Parece que el próximo será el Ford Focus.

Adiós, adiós. Es el ciclo de la vida, pero cuando llevamos conviviendo con un modelo desde 1976, la despedida sigue resultando algo traumática. Es lo que ha sucedido con el Ford Fiesta, que dejaremos de verlo desde el próximo año. Y lo que ha sucedido con el Ford Mondeo, que no se vende en España desde el pasado mes de enero.

Modelos icónicos que desaparecen de los concesionarios y que ejemplifican la tendencia que ha seguido el mercado europeo, tanto por los intereses de los consumidores (que priman los SUV) como por las presiones de las instituciones europeas (que apuestan por el coche eléctrico).

En venta. Según recogen en Forococheseléctricos, Ford ya busca comprador para su planta de Saarlouis en Alemania. El fabricante terminó por decantarse por Almussafes a la hora de producir sus futuros modelos eléctricos, tras la confirmación de que Volkswagen instalaría su fábrica de baterías en Sagunto.

El cierre de Saarlouis también puede ser el final anticipado del Ford Focus, que dejaríamos de verlo en 2024 si los rumores se confirman. Durante la presentación de los planes europeos de la marca para los próximos años, ya se confirmó la decisión de fabricar siete modelos exclusivamente eléctricos hasta 2026 y, ya entonces, el Ford Focus no parecía entrar en los planes.

A principios de 2021, Ford ya anunció que en 2030 solo venderá modelos exclusivamente eléctricos y la hoja de ruta ha pasado, incluso, por dividir la marca en dos empresas completamente independientes: Ford Model e para los eléctricos y Ford Blue para los vehículos de combustión. Una estrategia que ha replicado en parte Renault.

En estos planes, la fotografía apuntaba a que veremos un SUV eléctrico que se sitúe entre el Ford Puma cero emisiones y el Ford Mustang Mach-E en 2024. A ellos les acompañará un SUV también eléctrico pero de tintes deportivos. Parece claro que el Ford Focus seguirá el mismo camino que el Fiesta y que, de continuarse, lo hará completamente reinventado.

¿Un Cougar? De momento, parece que a Ford le está saliendo a pedir de boca el rescate de viejos nombres. El Ford Mustang Mach-E es todo un éxito de ventas, pese a que los más puristas se llevaran las manos a la cabeza al ver un SUV eléctrico. Rescatar la denominación de Ford Puma, que a finales de los 90 se vendió en España como un pequeño deportivo, tampoco ha ido mal.

Observando la tendencia, no sería raro que Ford quisiera pasar página, cerrar el capítulo del Ford Focus y apostar por el Cougar, un deportivo que convivió con el Puma y que se vendía como su «hermano mayor». Repetir estrategia reviviéndolo en formato SUV parece una decisión conservadora.

Dudas en el horizonte. Lo que sí sabemos es que el remplazo eléctrico de los modelos actuales contará con plataforma de Volkswagen. Ford llegó a un acuerdo en 2018 con la firma germana para compartir la plata MEB para sus futuros modelos eléctricos para sus vehículos comerciales «y mucho más», en palabras de los estadounidenses.

El problema para Ford es que, cuatro años después, en Volkswagen tienen un lío enorme con sus plataformas y el desarrollo del software. Herbert Diess, CEO de Volkswagen hasta este verano, fue despedido por las decisiones que ha ido tomando, apostando por lanzamientos muy rápidos que han derivado en que la firma tenga que echarse atrás en algunas decisiones, como los botones táctiles del volante o los mandos no iluminados bajo la pantalla.

La hoja de ruta pasaba por lanzar dos modelos eléctricos (uno de Porsche y otro de Audi) con plataforma propia que hicieran de trampolín antes de saltar de la plataforma MEB a la SSP que tiene que acoger el proyecto Trinity o, lo que es lo mismo, los modelos más avanzados en software y conducción autónoma de la marca. En estos momentos, los modelos de Porsche y Audi han tenido que ser retrasados y la marca está repensando por completo su hoja de ruta.

Entidad propia. El reto que tiene por delante Ford es conseguir que sus vehículos se distancien lo suficiente para conseguir una entidad propia. El Ford Puma ha tocado la fibra del comprador con un SUV que parece gustar por estética y concepto. Al mismo tiempo, el Ford Mustang Mach-E conquista a los más escépticos por un comportamiento excepcional, aunque sus automatismos no sean los mejores del mercado.

Fuente: xataka.com

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