Por: Oscar Carrizo
En mis comienzos, cuando vi por primera vez los trabajos con líneas vivas, siempre me preguntaba por qué era necesario usar un traje conductivo mientras que las aves con facilidad se posaban sobre los conductores.
La literatura me llevó a conocer a Michael Faraday, el físico que construyó una jaula metálica hoy conocida como la jaula de Faraday, que protege contra los campos eléctricos estáticos. Este dispositivo funciona porque, en su interior, el campo eléctrico es nulo, evitando así descargas eléctricas.
En algún momento algunos ingenieros eléctricos pensaron en la jaula Faraday para trabajos en líneas energizadas y este se documentó por primera vez en la década de 1960. Fue entonces cuando se comenzaron a desarrollar los procedimientos de trabajo en líneas vivas, especialmente mediante la técnica en que el trabajador se iguala al potencial eléctrico de la línea para evitar descargas. Para ello, se emplearon trajes conductivos que actúan como una jaula de Faraday personal, distribuyendo el campo eléctrico de forma uniforme alrededor del cuerpo de los mantenedores y así evitando que la corriente lo atraviese, la diferencia con las aves es que, su cuerpo es un mal conductor y los cables un buen conductor y sus patas siempre están al mismo potencial.
Aunque no se conoce con certeza quién fue el primer hombre en usar este tipo de traje, se reconoce a Harold L. Rorden, ingeniero de alta tensión en American Electric Power, como pionero en el desarrollo de estos procedimientos en los años 60. Su trabajo permitió realizar mantenimientos en líneas de alta tensión sin interrumpir el suministro eléctrico, marcando un antes y un después en términos de seguridad y eficiencia en la industria eléctrica hasta el día de hoy.
En una Imagen, fotografía de hoy Naturaleza & Ciencia.
ENGIE Chile.
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