Globos fotovoltaicos que proveen de electricidad en zonas sin suministro
- Elevados en el aire convierten la energía solar en electricidad
- A partir de agua produce el hidrógeno necesario para que el globo ascienda
- Cada globo proporciona luz y calefacción a más de medio centenar de personas
El Zéphyr Photovoltaic Balloon es un proyecto desarrollado por tres estudiantes que plantea el uso de globos aerostáticos compactos para suministrar electricidad en zonas afectadas por desastres o catástrofes naturales.
En estas situaciones, la falta de electricidad dificulta las tareas de asistencia y de rescate y el funcionamiento de instalaciones médicas de campaña y hospitales.
Desplegar rápidamente generadores eléctricos es esencial, ya que supone un apoyo básico para la atención a los afectados y posibilita el funcionamiento de las comunicaciones, equipos médicos, calefacción y de otros sistemas que requieren electricidad.
Los globos fotovoltaicos son autónomos y funcionar indefinidamente
En este sentido los globos fotovoltaicos funcionan del mismo modo que los generadores eléctricos utilizados habitualmente y que normalmente utilizan combustible diésel para funcionar de modo que no requieren de un suministro constante de combustible para funcionar.
Globos autónomos
Los globos Zéphyr en cambio son autónomos y pueden funcionar de forma indefinida al aprovechar la energía solar y disponer de baterías para el almacenamiento de la electricidad. En última instancia son además silenciosos al no disponer de motores y no emiten gases contaminantes.
Cada unidad Zéphyr tiene capacidad suministrar electricidad a un hospital de campaña, luz y calefacción a unas quince tiendas de campaña, unas 50 personas, y para hacer funcionar una línea de telecomunicaciones.
El hidrógeno necesario para hacer que el globo ascienda en el aire lo proporciona la propia instalación del globo.
Una vez desplegado el globo este ya comienza a suministrar electricidad; inicialmente esa electricidad se destina a la obtención del hidrógeno por electrólisis a partir de un suministro de unos diez litros de agua, suficiente para hinchar el globo y hacerlo ascender a unos 50 metros de altura.
Para lograr la eficiencia máxima posible, los globos alzados permiten ajustar su inclinación de tal modo que la parte superior, donde se encuentran los paneles solares, esté expuesta y orientada en la medida de lo posible hacia el sol.
La superficie del globo está recubierta de un compuesto que captura la energía solar y la convierte en electricidad que, mediante un cable, desciende hasta tierra donde un conversor transforma la energía almacenadas en las baterías en la corriente eléctrica adecuada para hacer funcionar las instalaciones en tierra.
Durante la noche, el suministro eléctrico procede de una decena de baterías de alta capacidad que se recargan durante el día con parte de la electricidad producida por el globo.
Fuente: rtve.es