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MIT TR35: Turbina que aprovecha la corriente de los ríos para llevar luz a pequeños pueblos aislados

MIT Innovadores Menores de 35 Colombia: Miguel Borbón (31 años)

Ha diseñado una turbina que aprovecha la corriente de los ríos para llevar luz a pequeños pueblos aislados.

 

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Cuando el ingeniero inglés Peter Garman ideó en la década de los 80 la turbina que lleva su nombre y la probó como herramienta de riego en la rivera del Nilo, seguramente no imaginó que, varias décadas después, otra persona fuera a ser capaz de mejorarla y adaptarla a las exigencias climáticas y las características de los ríos de las zonas pobres y aisladas de Colombia.

 

Pero así ha sido; su invento ha saltado el océano y ha servido de inspiración al joven ingeniero Miguel Borbón para crear una turbina tipo Garman «tropicalizada» que, desde 2011, se encuentra sumergida en el río Muguindó y abastece de electricidad a la pequeña localidad Calahorra, en la región de Choco, en el corazón de la selva tropical colombiana.

Gracias a esta tecnología las 108 personas de este pueblo han dejado de depender  de una pequeña planta térmica, alimentada por el combustible que les suministra el Gobierno. Al ocaso, la planta les proporciona 2.400 vatios de potencia eléctrica para cocinar, tejer yo fabricar artesanía cuando su intermitente funcionamiento lo permite. Pero si el diésel no llega, deben recurrir a velas y quemadores de queroseno, peligrosos y contaminantes.

 

Por el contrario, el sistema de turbina de río diseñado por el equipo de Borbón, que ha sido bautizado como Acuavatio, aporta suficiente energía para cubrir sus necesidades básicas  de alumbrado diario, de forma limpia y barata. Según el joven innovador, ofrece «una alternativa de microconsumo» a la población ribereña -agrupada en pequeños núcleos de  no más de 10 ó 20 familias- y permite aprovechar un recurso sostenible: el gran caudal los ríos de la zona como el Amazonas, Negro, Cauca, y en caso de Calahorra, el Muguindó.

 

Aunque este curso fluvial no tiene saltos o caídas a los que puedan aplicarse los tradicionales sistemas hidroeléctricos, el Acuavatio es capaz de aprovechar su corriente de aproximadamente un metro por segundo para proveer al pueblo entre 250 y 400 vatios de potencia eléctrica. Menos que con la planta térmica, pero luz asegurada.

 

 

El Acuavatio, inspirado en un prototipo inicial de Garman llamado Aquacharger, consiste en un rotor con tres palas que se sumerge en el río, donde la energía cinética del agua las hace girar. Tal y como explica el joven, el rotor mide 1,8 metros de diámetro y está hecho de fibra de vidrio tomando como referencia el perfil aerodinámico de un aerogenerador convencional de eje horizontal.

 

La energía es transferida a un generador eléctrico a través de una caja de transmisión y desde allí se distribuye a las viviendas del pueblo. Actualmente, la fuerza de la turbina se utiliza para proporcionar energía eléctrica, pero Borbón está estudiando la posibilidad de acoplar a este eje giratorio otro tipo de mecanismos, como un compresor abierto, para generar frío para una nevera, y una motobomba para extraer agua del río.

 

El joven ingeniero señala que varias organizaciones han intentado anteriormente poner en funcionamiento turbinas de este tipo pero no han podido acondicionar los equipos mecánicos y eléctricos al clima que impera en la zona, con temporadas de fuertes lluvias en invierno y largos veranos que modifican en varios metros la profundidad del río.

 

Como hay componentes eléctricos y mecánicos del Acuavatio que no pueden estar sumergidos en el agua (los piñones de la caja de transmisión y el generador); y además, las palas del rotor necesitan al menos 2,5 metros de agua para no topar contra el lecho, Borbón ha decidido construir un balsa donde ubicar los primeros que sirve, además, para realizar labores de mantenimiento. «Permite que el rotor se mueva con las crecidas y bajadas, y si éstas últimas son muy grandes, se puede retirar la máquina arrastrándola hacia la orilla para protegerla», explica el joven.

 

La balsa se ancla a la orilla mediante un cable de acero y se accede a ella mediante un pequeño puente, una «adecuación operativa» que da facilidades para que la propia comunidad pueda manipular el Acuavatio. «Pueden ponerlo en el río sin necesidad de la gran infraestructura que requieren otras turbinas existentes en el mercado», asegura Borbón.

 

Sinergias para llevar la tecnología al río

 

Borbón estudió Ingeniería Electrónica en la Universidad de los Llanos (Colombia) y en 2007 comenzó a trabajar para la firma de energías renovables Aprotec. Allí iniciaron el desarrollo del Acuavatio con recursos de la propia empresa hasta que, en 2009, lograron financiación externa tras ganar el premio de innovación en materia de energía IDEAS II.  En 2012, el proyecto fue incluido como Desarrollo de Interés Nacional en el Catálogo IDEASS de Maloka y el PNUD, insituciones que les apoyaron en la «sociliación de la aplicación». Borbón recuerda que conocieron la convocatoria a través de la ONG ITDG, con la que ahora colaboran en Perú, y decidieron presentarse junto a ella con el propósito de «desarrollar la turbina, sacarla del escritorio y ponerla en el río».

 

Borbón coordinó la construcción de sus componentes y desarrolló la electrónica asociada al registro de la producción eléctrica del dispositivo. En la actualidad, es el gerente técnico de Aprotec y el encargado del contacto con Calahorra y el seguimiento de la adopción y uso de la máquina en esta comunidad. Además de encargarse optimizar su funcionamiento y verificar sobre el terreno qué mejoras o repuestos son necesarios, también está creando un sistema de prepago por la electricidad que genera el Acuavatio con el que hacer el sistema económicamente sostenible en el contexto de la localidad.

 

El director del Grupo de Física de Altas Energías de la Universidad de Los Andes (Colombia), Carlos Arturo Ávila, que es miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 Colombia, destaca el «alto impacto» del proyecto de Borbón y apunta que la innovación de su proyecto radica en la capacidad para «llevar la tecnología a donde no la hay»; mientras que la componente de emprendimiento en su trabajo es patente en «el esfuerzo que requiere implementar la tecnología en regiones remotas»

 

Fuente: technologyreview

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