Los transformadores se clasifican en kilovoltios-amperios (kVA) porque su función principal es transformar los niveles de voltaje manteniendo la potencia aparente (voltios-amperios). La potencia aparente es la combinación de la potencia real (medida en kilovatios, kW) y la potencia reactiva.
Los motores, por otro lado, se clasifican en kilovatios (kW) porque su función principal es convertir la energía eléctrica en energía mecánica. La clasificación refleja la potencia real consumida por el motor para realizar el trabajo, que es la potencia real.
En resumen, los transformadores se ocupan de la transformación del voltaje y mantienen la potencia aparente, mientras que los motores convierten la energía eléctrica en potencia mecánica, y su clasificación refleja la potencia real consumida.
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