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Atomic Camper: la caravana con forma de misil destinada a los apasionados de la energía nuclear

¿Recuerdan aquella escena de ¿Teléfono rojo?, volamos hacia hacia Moscú en la que Slim Pickens se sube a bordo de un cohete nuclear con un sombrero de cowboy en la mano? Bueno, no es exactamente lo mismo lo que propone Atomic Camper, una de las caravanas más peculiares de las que hemos tenido noticias, pero sí se parece en algo.

Concretamente en lo de estar simulando un artefacto nuclear. Porque el nombre de Atomic Camper da, exactamente, lo que promete: una caravana para ser enganchada a nuestro coche con forma de cohete atómico. Una curiosa creación artesanal de Bill Guernsey.

Vas como un cohete
«¿Por qué no?», se preguntaría Guernsey en su casa. Y dicho y hecho. Este ciudadano de Alaska, que dice haber sobrevivido a un accidente aéreo, se puso manos a la obra y dos años después tuvo lista sus creación: una caravana hecha a mano con la forma de un misil atómico.

El resultado sorprendió a Victor y Carrie, como cuentan en Motorpasión, quienes decidieron hacerse con esta pequeña joya y empezar a viajar haciendo vida dentro de su atómico habitáculo. Los resultados están en una página de Facebook enteramente dedicada a este propósito y en la carrocería anuncian un correo electrónico para ponerse en contacto con ellos.

Victor y Carrie debieron quedarse prendidos del curioso habitáculo de la Atomic Camper, construido a base de madera y recubierto de fibra de vidrio para asegurar su resistencia a las inclemencias climáticas. Inclemencias que son menos problemáticas gracias a que también dispone de calefacción.

De hecho, toda ella está alimentada por unas placas solares que garantizan calentar el habitáculo pero también el funcionamiento del refrigerador. Incluso carece de generador eléctrico, pues las placas solares le aportan la energía suficiente para estas necesidades.

Un banco acolchado, una cocina de gas y un buen número de cajones redondean un interior que, eso sí carece de cama por su reducido tamaño y particular reparto del espacio. Las formas redondas, las ventanillas de «ojo de buey» y algunos guiños del interior terminan por trasladarnos varias décadas atrás, cuando el mundo estaba fascinado por la energía nuclear.

Fuente: xataka.com

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