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Bolivia apuesta por convertirse en centro energético de Suramérica

La Paz (PL) El gobierno boliviano continúa fuertemente su apuesta de convertirse en los próximos años en el corazón energético de Suramérica, tras el desarrollo y la puesta en marcha de varios proyectos para generar más electricidad.

 
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En su plan de cambiar la matriz energética, el gobierno nacional, encabezado por el presidente Evo Morales, ha ejecutado una millonaria inversión desde 2010 en pos de superar la demanda interna y crear excedentes propicios para la exportación a países vecinos, como Argentina.

 

El propio Morales ha expresado en varios discursos que antes de 2006, cuando comenzó su gestión al frente del ejecutivo, la demanda interna era apenas de 700 megavatios (MW), la cual se mejoró a raíz del proceso de cambio y los proyectos implementados por la Revolución Democrática y Cultural.

 

Luego de la nacionalización de los recursos naturales y la recuperación de las empresas estratégicas, el crecimiento de la economía boliviana permitió la realización de programas dirigidos a la industrialización del país, entre ellos la producción de energías, sobre todo a través del aprovechamiento de las fuentes alternativas.

 

Con el objetivo de contribuir al cuidado del medio ambiente y al ahorro de combustible, Bolivia se ha convertido en un modelo de generación de electricidad por medio de las llamadas energías renovables, dígase eólica, fotovoltaica, hidroeléctrica y geotérmica, en provecho de las condiciones geográficas y naturales.

 

Después de ocho años el país ha dado pasos agigantados con la construcción de tres plantas solares en Cobija, departamento de Pando, Yunchará (Tarija) y Uyuni (Potosí), esta última inaugurada recientemente y considerada la más importante de su tipo en la inyección al Sistema Interconectado Nacional (SIN).

 

La misma está concebida para aprovechar las radiaciones solares del altiplano potosino, situado a una altura de más de tres mil 700 metros sobre el nivel del mar, y generar unos 60 MW, la mayor cantidad que las otras dos existentes (5 MW cada una), convirtiéndose así en una de las principales fuentes de energía renovable construidas, conjuntamente con el Parque Eólico de Qollpana, Cochabamba, de 27 MW.

 

Esta es la mayor planta de energías alternativas en Bolivia, a excepción de las de generación hidroeléctrica. Se construyó en unas 105 hectáreas (ha), con más de 192 paneles solares fotovoltaicos, aseguró a Prensa Latina el gerente de exportación de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), Roberto Peredo.

 

Asimismo, indicó que se comenzó la construcción de la planta solar del departamento de Oruro, la cual tendrá dos fases e inyectará al SIN una generación de 100 MW, lo cual se sumará también a los 108 MW de los centros eólicos de Warnes, El Dorado y San Julián, proyectados para entrar en funcionamiento este año.

 

Acerca de la importante planta solar de Uyuni, el ministro de Energías, Rafael Alarcón, precisó en el acto de entrega que la misma está constituida por 196 mil 952 módulos fotovoltaicos, fijados en siete mil 34 mesas, con una potencia nominal de 60 MW.

 

Emplazada sobre un terreno de 105 ha y con una inversión de 73 millones de dólares, la planta tiene 21 inversores con una potencia cada uno de dos mil 860 kilovoltios, para una producción de 123 mil MW/hora al año, lo cual representa el 50 por ciento de la demanda del departamento.

 

Esa es la expectativa, lo cual permitirá desplazar dos mil 344 millones de pies cúbicos de gas en el año, concentrarlo en la industrialización del país y en la producción y exportación de gas natural, con el propósito de continuar generando más recursos al Estado, argumentó el titular de la cartera.

 

Igualmente señaló que con los proyectos realizados por ENDE se garantizará la energía limpia en Bolivia, en beneficio de la población, al tiempo que ratificó el compromiso de cumplir con el propósito del Estado de arribar a los dos mil 100 MW, para lo cual solo resta cerca de 150 MW.

 

La demanda interna actualmente en Bolivia es de mil 500 MW, por lo que el país crearía un excedente de 600 MW disponible para la exportación, sobre todo a la vecina Argentina, a la cual le serían transferidos unos 100 MW para mediados de 2019, a través del tendido de la línea de transmisión eléctrica.

 

Este tendido eléctrico consta de 110 kilómetros, de los cuales 40 km fueron concluidos en el lado boliviano, mientras que ya se cuenta con la autorización para que ENDE continúe las obras en territorio argentino, de 70 km.

 

El gobierno nacional boliviano continúa con el compromiso de reducir el uso de sustancias dañinas al medio ambiente y con el propósito de que cada región genere su propia energía para el consumo interno y contribuya con un excedente destinado a la exportación.

 

En tal sentido, Morales confirmó que para este año quedarán instalados los ciclos combinados de las plantas termoeléctricas de Tarija, Santa Cruz y Cochabamba que, conjuntamente con otros proyectos, garantizarán la generación de energía limpia y un incremento de mil MW a los dos mil 100 MW previstos.

 

Con este aumento, el país sobrepasaría los tres mil MW, el doble de la demanda interna actual de mil 500 MW, lo cual se incrementaría aún más con la construcción de las hidroeléctricas de La Paz, Cochabamba y otros departamentos.

 

De tal manera, el gobierno nacional cumpliría con uno de sus principales derroteros desde 2006, en pos de satisfacer las necesidades de la población y lograr la liberación económica del país, contemplada en la Agenda Patriótica 2025 o del bicentenario, además de convertirse en el corazón energético de Suramérica.

 
Fuente: http://www.sectorelectricidad.com/wp-admin/edit.php

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